La idea de que todos los
seres vivos están constituidos por células y de que cada célula
una de estas células proviene de la división de una célula
preexistente es relativamente reciente. Fue en la segunda mitad del
siglo XIX cuando se formuló por primera vez una teoría celular.
Debido a que la gran
mayoría de las células son invisibles a simple vista, el nacimiento
de esta teoría y su posterior evolución han estado estrechamente
ligados al desarrollo de las técnicas de observación.
Las primeras observaciones microscópicas.
En 1665, Robert Hooke,
físico astrónomo y naturalista inglés, publicó bajo el título de
Micrographia, una recopilación de dibujos obtenidos a partir de las
observaciones realizadas con un microscopio que el mismo construyó.
Uno de sus dibujos más
famosos reproduce la imagen observada al microscopio de una fina
lámina de corcho. Presenta una estructura similar a un panal de
abejas, y Hooke utilizó por primera vez el término “célula”
para designar cada una de estas cavidades microscópicas o celdas.
Sus observaciones le
permitieron dar una explicación a la ligereza del corcho pero estaba
muy lejos de imaginar, ni siquiera de pretender, una relación entre
lo que observaba y la estructura íntima de los seres vivos.
A diferencia de de Hooke,
Anton van Leeuwenhoek, no poseía formación científica. Era un
comerciante de paños de Delft que construía sus propios
microscopios para poder observar la trama de los tejidos. Sus dibujos
y descripciones de células asombraron a los científicos de la
época, que lo eligieron miembro extranjero de la prestigiosa Royal
Society de Londres.
Hooke y Leeuwenhoek
fueron probablemente los primeros en observar, dibujar y describir
las células; sin embargo hubo que esperar todavía un siglo para que
quedara formulada una teoría celular. Una de las causas de este
retraso fue el escaso progreso que experimentó el microscopio
durante el siglo XVIII. La poca calidad de las primeras imágenes
llevó a considerarlo como un instrumento no fiable para la
observación y su uso fue desacreditado por muchos científicos de la
época.
El establecimiento de la teoría celular,
Durante las primeras
décadas del siglo XIX se produjo un profundo cambio en las
condiciones de la investigación. La mayoría de los científicos se
convirtieron en profesionales de la investigación y aumentó
considerablemente el número de laboratorios. Esta nueva organización
favoreció la colaboración entre los científicos y un rápido
desarrollo de los instrumentos, en particular del microscopio.
El poder de la resolución
de los microscopios, es decir, la posibilidad de ver separados dos
puntos o dos líneas muy próximas, pasó de 10µm de los primeros
microscopios a los 0,25µm. Este gran avance permitió una importante
mejora de las imágenes microscópicas que pronto dio sus frutos, y
fue durante la primera mitad del siglo XIX cuando se aportaron los
datos que culminaron con la formación de la primera teoría celular.
El botánico alemán
Matthias J. Schleiden y su amigo, el zoólogo Theodor Schwann,
publicaron en 1838 y 1839, respectivamente, sendos trabajos en los
que coincidían en afirmar que la célula constituye la unidad
morfológica y funcional de los seres vivos. En sus publicaciones
consideran la célula, al mismo tiempo, soporte estructural y de las
actividades metabólicas de los seres vivos.
El problema del origen y
la reproducción de las células aún tardó casi veinte años en ser
aclarado. Frente a la idea propuesta por Schwann de que las células
se podían formar a partir de sustancias no celulares, otro
investigador, Rudolph Virchow, propuso en 1855 la unidad de origen de
las células en un aforismo que lo ha hecho famoso: “Toda célula
procede de otra célula”. Así quedó establecida la teoría
celular en sus principio básicos:
- La célula es la unidad estructural de los seres vivos. Todos los seres vivos están formados por una o más células.
- La célula es la unidad funcional de los seres vivos. Es la mínima unidad de materia que puede llevar a cabo las funciones básicas de un ser vivo.
- La célula es la unidad reproductora de los serie vivos. Toda célula proviene de ora célula preexistente.
Sin embargo, durante casi
cincuenta años la aplicación de la teoría celular a todos los
tejidos animales y vegetales aún mantuvo un punto en duda: el tejido
nervioso y su aparente aspecto de red continua. El español Santiago
Ramón y Cajal fue el principal defensor de la individualidad de las
células nerviosas y con ello, de la generalización de la teoría
celular a todos los tejidos.
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