domingo, 24 de marzo de 2013

Los tejidos animales.


El tejido nervioso.


El tejido nervioso es el principal constituyente del sistema nervioso. Sus funciones son: transformar los estímulos externos e internos en señales electroquímicas llamadas impulsos nerviosos; conducirlas y procesarlas para elaborar una respuesta adecuada y coordinada; llevar dicha respuesta hasta los órganos efectores que se encargan de ejecutarla. El tejido nervioso está formado únicamente por dos tipos de células: las neuronas y las células gliales o de neuroglía.

Ramón y Cajal y la sinapsis.

Santiago Ramón y Cajal demostró que las neuronas no están unidas entre sí, sino que son unidades independients. Entre ellas se establecen conexionen funcionales,llamadas sinapsis, a través de lso cuales pasa el impulso de una neurona a otra. En las sinapsis hay un pequeñísimo fespacio, llamado hendidura sináptica, que separa ambas neuronas. La sinapsis si suelen establecer entre el axón de una neurona y el cuerpo neuronal, de una dendrita e incluso el axón.

Las neuronas.

Son las células principales y se encargan de la transmisión de los impulsos nerviosos. Presentan un alto grado de diferenciación, que las ha hecho perder la capacidad de dividirse (cuando mueren no se reemplazan)y las han dotado de una estructura muy especial, que consta de dos partes:
  • Pericarión. Es el cuerpo celular y tiene forma variable. Contiene un núcleo grande, esférico y central. Sus orgánulos son los habituales, si bien presenta abundantes mitocondrias y en él destacan unas vesículas oscuras, llamadas corpúsculos de Nisslo (que producen del retículo endoplasmático rugoso) y numerosos neurofilamentos.
  • Prolongaciones neuronales. Pueden ser de dos tipos:
    • Dendritas. Son cortas, numerosas y muy ramificadas. Reciben el impulso de otras neuronas y los conducen hacia el cuerpo neuronal.
    • Axón o neurita. Es una prolongación larga y única, de la que pueden salir ramas laterales perpendiculares, y que termina en unas ramificaciones llamadas telodendrones. El axón conduce el impulso nervioso desde el cupo neuronal hasta otra neurona.

Las células gliales o neuroglía.

Son una serie de células más pequeñas y más numerosas que las neuronas, que no conducen el impulso nervioso, sino que sirven de sostén a las neuronas, aislándolas, defendiéndolas y nutriéndolas. Las principales son las siguientes:
  • Astrocitos. Tienen forma estrellada y numerosas prolongaciones. Algunas contactan con los capilares, por lo que se cree que intervienen en la nutrición de las neuronas.
  • Células de microglía. Son pequeñas y tienen el cuerpo alargado. Sus prolongaciones son cortas y están muy ramificadas, lo que les da un aspecto espinoso. Son móviles y pueden fagocitar restos celulares y productos de desecho del tejido. Proceden del mesodermo y es también llamada célula de Río Hortega.
  • Oligodendrocitos. Son más pequeñas que los astrocitos y tiene prolongaciones escasas y poco ramificadas. Se disponen alrededor de los axones de las neuronas del sistema nervioso central, de manera que forman una envoltura membranosa aislante, llamada vaina de mielina.
  • Células de Schwann. Tienen forma aplanada. También rodean a los axones para formar vainas de mielina, pero solo en las neuronas del sistema periférico.

Las fibras nerviosas.


Los axones de las neuronas y sus envolturas protectoras, forman las fibras nerviosas, que pueden ser de dos tipos:
  • Mielínicas o blancas. Están rodeadas de una envoltura de mielina, que es una sustancia blanca de naturaleza lipídica. Esta envoltura se forma cuando una célula de Schwann o un oligodedrocito se enrolla en espiral alrededor del axón. Como el axón es más largo que la célula glial, se necesitan varias para recubrirlo totalmente. En los límites entre dos células gliales consecutivas hay una hendidura en la que falta la mielina. Estos surcos se llaman nódulos de Ranvier.
  • Amielínicas o grises. Carecen de la envoltura de mielina y, aunque los axones también están rodeados por células gliales, estas no están enrolladas en espiral, sino que una misma célula (generalmente una célula Schwann) reodea a varios axones. En estas fibras no hay nódulos de Ranvier.
    Los nervios están formados por la agrupación de varias fibras nerviosas.


Sinapsis.

Una vez que el impulso nervioso llega a la zona final del axón, se transmite a otra neurona, o un órgano efector, por medio de un contacto funcional denominado sinapsis.
Cuando el impulso llega al elemento presináptico, los neurotransmisores se liberan a la hendidura sináptica y se unen a los receptores de la membrana postsináptica provocando en ella un incremento en la permeabilidad del Na⁺. La entrada de sodio despolariza la membrana y hace que el impulso nervioso se propague nuevamente a través de la segunda neurona.

Los tejidos animales.


Los tejido musculares.


Los tejidos musculares son los principales constituyentes de los músculos, que son los órganos responsables de los movimientos corporales. No se regeneran.
Existen tres tipos de tejidos musculares (estriado esquelético, estriado cardíaco y liso), que se disponen en el cuadro de la página de la derecha.
Cualquiera que sea su tipo, estos tejidos están formados únicamente por unas células muy diferenciadas, que se denominan fibras musculares debido a su forma alargada. La principal propiedad de estas células es su capacidad de acortarse (contraerse) cuando reciben un estímulo adecuado, y de recuperar su tamaño original (relajarse) cuando cesa dicho estímulo.

La estructura de las fibras musculares.


Como ocurre en otros tejidos, las fibras musculares presentan importantes modificaciones respecto del esquema general de la célula, que las permiten desempeñar su función. De hecho, sus distintas partes son tan especiales que reciben nombres específicos (la membrana se llama sarcolema, el citoplasma, sarcoplasma, etc.) También han perdido la capacidad de dividirse y contienen una gran cantidad de mitocondrias.

Pero la característica más importante de las fibras musculares es que contienen un número elevado de unas estructuras filamentosas, llamadas miofibrillas, cuya peculiar estructura las hace responsables del proceso de la contracción.

Estructura de las miofibrillas y la contracción muscular.


Cada miofibrilla está formada por dos tipos de filamentos (miofilamentos) de distinto grosor; unos, delgados, formados por dos cadenas de moléculas de la proteína actina, y otros, mas gruesos, formados por heces de moléculas de la proteína miosina.
Ambos tipos de filamentos se disponen paralelos e intercalados, formando unidades llamadas sarcómeros. Esta disposición hace que las miofibrillas presenten alternativamente bandas claras y oscuras (estriación).
La contracción acorta la longitud del sarcómero y se produce por el desplazamiento de los filamentos de actina entre los de miosina. Este proceso requiere mucha energía, que las fibras musculares obtienen de la respiración celular.
La contracción en serie de los sarcómeros produce la de toda la miofibrilla. El proceso se repite en todas las miofibrillas de una fibra muscular y en todas las fibras de un músculo, y la contracción final del músculo genera una fuerza considerable.

Estructura, disposición y localización de los tejidos musculares.


Tejido muscular estriado esquelético.

Forma los músculos esqueléticos, que se insertan en los huesos. Estos músculos están formados por paquetes de fibras musculares (fascículos), unidas por tres envolturas de tejido conjuntivo, a través de las cuales llegan vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas: el endomisio, que envuelve a cada fibra muscular; el perimisio, a cada fascículo; el epimisio, al músculo al completo.
Sus fibras musculares son cilíndricas, miden varios centímetros de longitud y tienen varios núcleos en la periferia. Sus miofibrillas están ordenadas regularmente, lo que hace que, al microscopio, presenten bandas claras y bandas oscuras (aspecto estriado).
Está inervado por el sistema nervioso central; su contracción, rápida y voluntaria, produce los movimientos del esqueleto y los gestos de la cara.

Tejido muscular estriado cardíaco.

Forma las paredes del corazón.
Está formado por células alargadas, bifurcadas, con estriaciones y con uno o dos núcleos en posición central. Estas fibras están íntimamente unidas mediante unas estructuras intercalares, que hacen que todas actúen como una unidad. Este tejido está inervado por el sistema nervioso autónomo; su contracción, rápida, rítmica e involuntaria, es responsable del latido cardíaco.

Tejido muscular liso.

Forma parte de la pared de los conductos digestivos y respiratorios, de los vasos sanguíneos, etc.
Sus células, pequeñas y fusiformes, tienen su sólo núcleo central y carecen de estriaciones, debido a que sus miofibrillas no están ordenadas regularmente.
Está inervado por el sistema nervioso autónomo; su contracción, lenta e involuntaria, produce los movimientos peristálticos del tubo digestivo, los de la pupila, etc.

Los tejidos animales.


El tejido sanguíneo.


La sangre es un tejido conectivo cuya matriz es líquida y está muy especializado en funciones de transporte. En los vertebrados alcanza un gran desarrollo y circula por el interior de los vasos sanguíneos, impulsada por las contracciones del corazón para poder alcanzar todas las partes del cuerpo. La sangre transporta el oxígeno y los nutrientes que las células necesitan y los productos de desecho que esas originan en el metabolismo. También lleva las hormonas desde su origen hasta el órgano diana. Al distribuir el calor por todo el cuerpo, regula la temperatura corporal. Por último, defiende el organismo frente a sustancias extrañas, organismos patógenos, etc.

El plasma sanguíneo.

La matriz de la sangre se denomina plasma sanguíneo y es una solución acuosa y amarillenta, formada por agua, sales minerales ionizadas, proteínas, lípidos, glucosa, aminoácidos, enzimas, hormonas y productos de desecho. En este medio líquido están suspendidas las células sanguíneas, que en los vertebrados son de tres tipos ; glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Las células de la sangre.

Eritrocitos, glóbulos rojos o hematíes. Tienen forma de disco bicóncavo. Su citoplasma está cargado de hemoglobina, que les da su característico color rojo. Su función es transportar, unidos a la hemoglobina, los gases respiratorios.

Leucocitos o glóbulos blancos. Son esféricos e incoloros. Su función es defender al organismo de germines y de sustancias extrañas, bien fagocitándolas o bien produciendo anticuerpos que las inutilizan. Pueden migrar a los tejidos. Son de dos tipos:
  • Granulocitos. Tienen granulaciones citoplasmáticas de distinta naturaleza que se tiñen de diferentes colores. Pueden ser: neutrófilos, basófilos y eosinófilos.
  • Agranulocitos. Sin granulaciones. Pueden ser: monocitos y linfocitos.

Plaquetas. Intervienen en la coagulación. En mamíferos, son fragmentos citoplasmáticos de una célula gigante de la médula ósea; en los demás vertebrados, su función la realizan los trombocitos.


Diferenciación de terminaciones:

Blasto: el organismo tiene que tener capacidad de división y algo indiferenciado.
Cito: el organismo se encuentra maduro y no hay división especializada.
Clasto: hay una tasa degenerativa.

Los tejidos animales.


Tejido óseo.


Forma parte de los huesos del esqueleto de los vertebrados. Los huesos tienen varias funciones: proporcionan soporte interno al organismo y protegen los órganos vitales; contienen la médula ósea, que genera células sanguíneas; intervienen en el metabolismo del calcio y del fósforo, ya que constituyen depósitos movilizables de estos minerales; intervienen en los movimientos, ya que en ellos se insertan lo músculos...
El periostio y el endostio son capas de tejido conjuntivo que revisten, respectivamente, la superficie externa de los huesos y la superficie de sus conductos y cavidades internas.
La matriz extracelular, denominada matriz ósea, es sólida y rígida debido a que está mineralizada. Se dispone formando capas o laminillas. Tiene dos componentes: uno inorgánico y otro orgánico. El inorgánico, cuya proporción aumenta con la edad, está formado por fosfatos y carbonatos de calcio, que dan dureza y fragilidad; el orgánico u osteína, cuya proporción disminuye con la edad, está formado por fibras colágenas y sustancia amorfa, que le dan elasticidad. Inmersos en esta matriz, hay varios tipos de células o esteoceles:

  • Los osteoblastos. Se sitúan en la periferia del hueso y segregan la parte orgánica de la sustancia intercelular hasta que quedan atrapados por ella y se transforman en osteocitos.
  • Los osteocitos. Son las células principales. Tienen aspecto estrellado y se sitúan en unas lagunas (cavidades) de la matriz comunicadas entre sí por unos canalículos llamados conductos calcóforos.
  • Los osteoclastos. Son células grandes móviles y plurinucleadas, que reabsorben la matriz ósea.

Tipos y localización de los tejidos óseos.


Tejido óseo esponjoso. Compone la epífisis (extremos) de los huesos largos y el interior de los huesos cortos y planos. Las laminillas de la matriz ósea se disponen de forma reticular, dejando numerosas cavidades que llenan la médula ósea.

Tejido óseo compacto. Compone la diáfisis de los huesos largos y el exterior de los huesos cortos y planos. Están formados por la repetición de unas unidades llamadas osteonas o sistemas de Havers. Cada osteona tiene un conducto central (conducto de Havers) y una serie de apretadas laminillas concéntricas de matriz ósea su alrededor. En ellas están las lagunas óseas con los osteocitos, que se comunican entre sí y con los conductos de Havers mediante conductos oblicuos, los conductos de Volkman, por los que penetran vasos sanguíneos y nervios.


Las sustancias intersticiales son estomas que se están eliminando.

Los tejidos animales.


El tejido cartilaginoso.


Constituye los cartílagos, que forman parte del esqueleto y tienen la función principal de servir de sostén a las paredes blandas del cuerpo. También recubren las superficies articulares, facilitando el desplazamiento de los huesos que las forman, e intervienen en el crecimiento de los huesos.
Su matriz o matriz cartilaginosa es sólida, elástica y está formada por fibras (colágenas y elásticas) inmersas en una sustancia fundamental amorfa. Sus células, los condrocitos, tienen la superficie irregular y se alojan en una cavidades, llamadas lagunas, que hay en el seno de la matriz; en cada una de estas cavidades puede haber de una a ocho células (grupo isogénico)
El tejido cartilaginoso carece de vasos sanguíneos y de terminaciones nerviosas. Está rodeado por una envoltura de tejido conjuntivo, el pericondrio, que lo nutre y permite que crezca gracias a la acción de unas células llamadas condroblastos. Estas células segregan la matriz y evolucionan hasta transformarse en condrocitos.

Condroceles=cavidad=lagunas
En condroceles →condrocitos→grupo isogénico

Se distinguen tres tipos de tejidos cartilaginosos: hialino, elástico y fibroso.
  • Cartílago hialino. Es el más común. Su matriz es abundante y tiene delicadas fibrillas colágenas. Se encuentra en los cartílagos costales, tráqueas, bronquiales y nasales, y en el esqueleto del embrión.
  • Cartílago elástico. Su matriz es rica en fibras elásticas. Se encuentra en la oreja y en la epiglotis.
  • Cartílago fibroso. Su matriz es muy rica en fibras colágenas. Forma los discos intervertebrales y los meniscos.

Los tejidos animales.


El tejido adiposo.


Es una variante del conjuntivo. Este tejido se localiza principalmente bajo la piel, formando el panículo adiposo, que modela el contorno corporal. Forma almohadillas amortiguadoras de golpes en las plasmas de las manos, la planta de los pies y en torno a ciertos órganos (por ejemplo, los riñones). También constituye la mayor reserva energética del organismo y proporciona a este aislamiento térmico.
Sus células, los adipocitos, son grandes y, generalmente, esféricas. Almacenan grasa en el citoplasma en una o varias gotas que ocupan la mayor parte de él.

Los tejidos animales.


El tejido conjuntivo.


La función del tejido conjuntivo es la de unir y relacionar a los demás tejidos entre sí. Está muy vascularizado y tiene numerosas terminaciones nerviosas. Su matriz extracelular está formada por fibras colágenas, elásticas y reticulares, y por una sustancia fundamental glucoproteíca y semilíquida. En cuanto a sus células, son generalmente grandes y de varios tipos:
  • Fibroplastos. Estas células, de forma irregular y con numerosas prolongaciones, producen las fibras y la sustancia amorfa de la matriz. Al madurar, pierden actividad, y se llaman fibrocitos.
  • Histiocitos o macrófagos. Tienen movimiento ameiboide y son capaces de fagocitar partículas y sustancias extrañas.
  • Mastocitos o células cebadas. Son esféricas y tienen numerosos gránulos citoplasmáticos llenos de sustancias, como la heparina, la histamina, etc., que liberan en determinadas circunstancias.
  • Adipocitos. Almacenan grasa.
  • Células sanguíneas. Son los linfocitos y los plasmocitos. Los linfocitos proceden de la sangre, y los plasmocitos o células plamáticas derivan de los linfocitos B y producen anticuerpos.

Se distinguen tres tipos de tejido conjuntivo:

  • Conjuntivo laxo. Se encuentra debajo de la dermis. Sus células, sus fibras y su sustancia fundamental están en igual proporción , lo que lo hace flexible y poco resistente a la tracción. Sirve de apoyo a los epitelios y rellena huecos entre órganos.
  • Conjuntivo denso. Tiene fibras colágenas que lo hacen flexible y muy resistente a las tracciones. Las fibras se pueden disponer paralelas, como en los tendones, o sin orden, como en la dermis.
  • Conjuntivo elástico. Tiene una gran abundancia de fibras elásticas, que le dan una gran elasticidad. Por ello se localiza en órganos que necesitan expandirse o dilatarse de manera habitual, como la pared de los vasos sanguíneos, bronquios, etc.

Los tejidos animales.




Salvo unos pocos grupos muy simples (como las esponjas), todos los animales presentan verdaderos tejidos, que pueden agruparse en cuatro tipos: epiteliales, conectivos, musculares y nervioso.

Los tejidos epiteliales o epitelios.


Están formados por células planas, cúbicas o cilíndricas, poco modificadas y de vida corta (se renuevan constantemente), que se disponen muy unidas entre sí, sin dejar espacios interculares. Atendiendo a su función, los epitelios pueden ser de revestimiento o glandulares.

Los epitelios de revestimiento.


Forman una lámina continua que recubre la superficie externa del cuerpo y las cavidades de los órganos huecos, y se apoyan sobre una capa de tejido conjuntivo denominada membrana basal. Carecen de vasos sanguíneos y se nutren por difusión de los nutrientes desde los vasos del tejido conjuntivo subyacente. Tienen función protectora y algunos intervienen en la absorción de diversas sustancias.

Clasificación del tejido epitelial de revestimiento según su localización:


  1. Piel: recubre las partes externas del animal.
  2. Mucosa: tapiza cavidades internas comunicadas con el exterior. Por ejemplo: mucosa gástrica, mucosa bucal, etc.
  3. Serosas: tapizan cavidades internas no comunicadas con el exterior. Por ejemplo: el interior de una arteria o una vena.

Tipos de epitelios de revestimiento según la morfología y la disposición de sus células.


Epitelios monoestratificados.
Están formados por una sola capa de células, según su forma hay varios tipos.
  • Plano. Sus células son planas. Forma el endotelio que tapizan los vasos sanguíneos, los alveolos, etc.
  • Cúbico. Sus células son cúbicas. También tapiza las paredes del ovario, los tubos colectores, etc.
  • Cilíndrico. Sus células son prismáticas. Recubre la luz del intestino delgado e interviene en la absorción de los productos de digestión. Sus células presentan microvellosidades para aumentar la superficie de la membrana y facilitar la absorción; entre ellas hay otras caliciformes secretoras de mucus. Se localiza en el intestino, en el estómago y en la vesícula biliar.

Epitelios pluriestratificados.
Están formados por dos o más capas de células. Según la forma de las más externas se diferencian varios tipos:
  • Plano. Las células superficiales son planas. En algunos casos, como en la epidermis, las células de las capas superiores se queratinizan y mueren (estrato córneo), en otros casos (la boca, el esófago, la vagina, etc.), el estrato córneo falta.
  • Cúbico. Aparece en la conjuntiva y en los conductos de las glándulas mamarias.

Epitelio cilíndrico seudoestratificado.
Parece que está formado por varias capas de células (los núcleos se observan a diferentes alturas), si bien, en realidad, es un epitelio simple cilíndrico en el que todas las células conactan con la membrana basal, aunque no todas llegan a la superficie.
Con frecuencia, tiene células ciliadas, y entre ellas, hay células caliciformes secretoras de mucus. Se localiza en las vías respiratorias (la tráquea, los bronquios, etc.).

Los epitelios glandulares.


Son una variedad del tejido epitelial, cuyas células se han especializado en la secreción de sustancias de distinta naturaleza y con distintas finalidades. Forman parte de las glándulas, que son unos órganos generalmente pluricelulares (aunque también se consideran a las células caliciformes de algunos epitelios). En función de dónde vierten los productos que elaboran, hay tres tipos de glándulas:

  • Exocrinas. Tienen un conducto secretor por el que vierten sus productos al exterior del cuerpo, o al interior de cavidades que comunican con el exterior del cuerpo.
  • Endocrinas. Carecen de conducto secretor y vierten los productos que elaboran, las hormonas, directamente a la sangre, por ejemplo, el tiroides.
  • Mixtas. Tienen una parte exocrina y una parte endocrina. Un ejemplo el el páncreas.

El origen de las glándulas.


Las glándulas se forman a partir de las células de los epitelios de revestimiento, que se dividen y profundizan en el tejido conjuntivo subyacente.
Si mantienen contacto con la superficie, forman una glándula exocrina; si no, una endocrina.

Los tejidos vegetales.


Tejido secretor

Están formados por grupos de células o células aisladas dispersas en otros tejidos que fabrican ciertas sustancias consideradas como producto de desecho. A veces consisten en células epidermicas que almacenan sustancias aromáticas, como en el romero o urticantes, en el caso de la ortiga. Otras veces son bolsas secretoras o cavidades esféricas que vierten en ellas las esencias. Es el caso de la corteza de limón o de naranja.
En ocasiones las cavidades que acumulan los productos de desecho forman unos conductos, como ocurre con los tubos laticíferos, que acumulan látex, en el caucho o la higuera, y los tubos resiníferos, que acumulan resina en los pinos.

Los tejidos vegetales.


Tejidos definitivos.


Los tejidos definitivos o adultos se organizan en tres sistemas de tejidos que se extienden a través del cuerpo de la planta (de un órgano a otro); son el sistema fundamental, el vascular y el dérmico.

Sistema fundamental.

Incluye tres tipos de tejidos:

  • El parénquima. Las células parenquimáticas son células vivas que mantienen su capacidad de división. Forman masas continuas y, según el contenido de su citoplasma, desempeñan funciones diferentes, como la fotosíntesis, el almacenamiento de reservas o la secreción. Tipos de parénquima:
    • Clorofílico: se encuentra en las partes verdes de la planta y sus células presentan numeroso cloroplastos por lo que aparecen de color verde.
      En las hojas se puede apreciar dos tipo: parénquima en empalizada y lagunar. El 1º está bajo la epidermis de la hoja y suele estar formado por dos capas de células prismáticas que se encuentran firmemente unidas a otras. El 2º se encuentra debajo de este y se extiende hasta la epidermis del envés. Sus células son esféricas y dejan amplios espacios entre ellas.
    • De reserva: está especializado en acumular sustancias de reserva como almidón o aceites. Es muy abundante en semillas, tubérculos y raíces carnosas.
    • Aerífero: forma grandes espacios intercelulares de aire. Es abundante en tallos y hojas de plantas acuíferas y semiacuíferas.
    • Acuífero: posee grandes espacios para almacenar agua y se encuentra en plantas crasas o suculentas (cactus, aloe vera).
  • El colénquima. Las células colenquimáticas están vivas, tienen forma alargada y paredes desigualmente engrosadas. Actúan como soporte de los órganos jóvenes en crecimiento.
  • El esclerénquima. Las células esclerenquimáticas tienen una pared lignificada gruesa y dura. Suelen estar muertas y actúan como refuerzo y soporte de las partes del vegetal que han dejado crecer. El esclerénquima incluye, a su vez, dos tipos celulares:
    • Las fibras, de forma alargada y dispuestas en cordones, son la materia prima para muchas fibras textiles, como el cáñamo o el lino.
    • Las esclereidas tienen forma variable y se encuentran dispuestas por el tejido fundamental. Abundan en las cubiertas de las semillas, como la cáscara de nuez, y dan a algunas frutas, como las peras, su textura arenosa.

Sistema vascular.

Lo forman dos tejidos conductores.
  • El xilema. Es el tejido conductor del agua y las sales minerales desde las raíces al resto de la planta. La célula más característica de este tipo es la tráquea o elemento del vaso.
    Las tráqueas son células alargadas y cilíndricas, de gruesas paredes lignificadas y que pierden su citoplasma en la madurez, por lo que se trata de células muertas. Las tráqueas disuelven sus paredes terminales y forman tubos continuos llamados vasos. Las paredes de los vasos poseen engrosamientos discontinuos, en forma de anillos o en espiral. También están los traqueoides que son células alargadas más delgadas con tabiques transversales perforados.

  • El floema. Es el tejido conductor de la savia elaborada desde los órganos fotosintéticos a todas las partes de la planta. La célula característica del floema es el elemento del tubo criboso. Al igual que los elementos del vaso, estas células se encuentran extremo con extremo y forman largos tubos cribosos.
    Su característica principal es la presencia de áreas cribosas, que son zonas provistas de poros a través de los cuales se comunican los citoplasmas de células vecinas. Los elementos de los tubos cribosos forman series longitudinales con áreas cribosas en las paredes comunes. A diferencia de los elementos traqueales, los cribosos son células vivas.

Sistema dérmico.


Lo forman dos tipos de tejidos:
  • La epidermis. Es la capa más externa del vegetal joven. Está formada por una sola capa de células, aplanadas y fuertemente unidas, cuyas paredes externas están recubiertas por una cutícula. La cutícula está formada por lípidos del tipo de las ceras, como la cutina, que protegen de la pérdida de agua. Intercaladas entre las células epidérmicas parecen otros tipos celulares que forman:
    • Los estomas. Formados por una pareja de células, denominadas oclusivas. Estas células dejan un espacio entre ellas llamado ostiolo. Regulan el intercambio de gases entre el interior y el exterior de la planta.
    • Los tricomas o pelos poseen funciones muy diversas. Los pelos radicales facilitan la absorción de agua y sales del suelo; otros pelos tienen función secretora, protegen contra la pérdida de humedad o defienden a la planta del ataque de insectos.
  • La peridermis. Reemplaza a la epidermis en los tallos y raíces del crecimiento secundario. Está formada fundamentalmente por súber o corcho protector. Sus células, que están muertas, poseen paredes muy gruesas impregnadas de suberina, sustancia similar a las ceras.

Los tejidos vegetales.




En los vegetales existen dos tipos diferentes de tejidos: los merismáticos o embrionarios y los definitivos o adultos.

Tejidos merismáticos.


Son los responsables del crecimiento del vegetal. Las células merismáticas son pequeñas, tienen forma poliédrica, con paredes finas y vacuolas pequeñas y abundantes. Inicialmente, el vegetal está formado únicamente por este tipo de células de cuya división se originan otras nuevas que se diferencian para dar origen a los demás tejidos.
  • Meristemos apicales o primarias. Son responsables del crecimiento en longitud, o primario, de la planta. Se localizan en los extremos de la raíz y del tallo. Al dividirse, la que queda abajo se para y la resultante de arriba continúa dividiéndose
  • Meristemos laterales o secundarias. Son los responsables del crecimiento en grosor, o secundario. Están distribuidos por toda la planta. Actuán desde el segundo año de vida de la planta. El cambium vascular es el más interno y forma hacia el interior el xilema y hacia el exterior, floema. El cambium suberógeno se sitúa hacia la periferia y al dividirse forma hacia el exterior “súber” o corcho y hacia el interior “parénquima cortical” Hay dos tipos:
    • El cámbium vascular, que produce tejido conductor. Se encuentra en el extremo de la raíz o cofia y la protege de arañazos al avanzar en el suelo. La zona de proliferación es la zona de división. Para distinguirla, es la línea que separa el color claro del oscuro en el tallo.
    • El cámbium suberógeno, que da origen al súber o corcho.

Organismos unicelulares y pluricelulares.




El nivel de organismo lo constituyen tanto organismos unicelulares como pluricelulares.

  • Los organismos unicelulares se caracterizan porque todas sus actividades vitales son desarrolladas por una única célula. Son unicelulares todos los procariontes y algunos eucariontes, como los paramecios.
    Tras la reproducción de un organismo unicelular, las dos células resultantes inician una vida independiente. Sin embargo, en algunos casos, estas células hijas se mantienen juntas formando una colonia. Las células de una colonia son similares y siguen manteniendo su independencia, aunque puede existir una cierta distribución de funciones.

  • Los organismos pluricelulares están formados por un conjunto de células originadas por proliferación de una primera célula, el cigoto. Todas las células descendientes poseen la misma información genética, es decir, reciben, copias idénticas del ADN del cigoto pero, aunque en un principio son iguales, pronto inician un proceso, denominado diferenciación, que define la estructura y la función específicas de cada célula y da origen a diferentes tipos celulares,


La especialización celular.


EL ADN de las células es comparable a un libro con instrucciones para su funcionamiento. En el organismo pluricelular, unas células “leen” y “ponen en marcha” las instrucciones contenidas en unos capítulos y otras, las contenidas en otros diferentes; expresan una parte de la información mientras otra parte permanece intacta. Estos son los acontecimientos que acompañan a la diferenciación celular y la causa de su especialización.

La especialización de una célula, como por ejemplo una célula de la piel, supone:

  • Realizar un trabajo determinado. Las células superficiales de la piel recubren y protegen la superficie del cuerpo.
  • Desarrollar una forma característica. Las células de la piel tienen forma poliédrica y se disponen como las losas de un pavimento, sin dejar espacios entre ellas.
  • Producir cambios en su citoplasma. Estos cambios se relacionan con la diferente actividad de los distintos orgánulos. En las células de la piel se fabrican grandes cantidades de queratina, una proteína que proporciona resistencia a las células y determina su función protectora.
Las células especializadas so organizan en tejidos, que son conjuntos de células diferenciadas en una función. La ciencia que estudia la estructura detallada de un tejido mediante tinción y microscopía se denomina histología.

Niveles de organización de los seres vivos.




Entre las características que definen a los seres vivos destaca una organización jerárquica exclusiva y compleja. La materia viva está formada, como la inerte, por átomos y moléculas; sin embargo, en el mundo vivo, los átomos y las moléculas se combinan según patrones que no existen en la materia inerte.
En los sistemas vivos existe una jerarquía de niveles que incluye,por orden de complejidad, macromoléculas, células, organismos, poblaciones y comunidades, aunque algunos de estos niveles puede subdividirse.
Esta organización jerárquica tiene las siguientes características:

  • Cada nivel superior está formado por unidades del nivel inferior y precedente y tiene su propia estructura interna. Una comunidad está formada por poblaciones de diferentes especies, cada población está formada por organismos y los organismos están constituidos por células.
    Cada uno de estos niveles puede, a su vez, subdividirse y los nuevos niveles también presentan una organización jerarquizada. En una célula, por ejemplo, diversas macromoléculas (proteínas, lípidos y oligosacáridos) o los cromosomas (también formados por ADN y proteínas), para constituir estructuras subcelulares más complejas, denominadas orgánulos, como los cloroplastos. El nivel de organismo tiene también una subestructura jerárquica: las células forman tejidos, los tejidos forman órganos, y los órganos, sistemas de órganos.

  • Todas las propiedades de cualquier nivel no pueden obtenerse a partir del conocimiento de las propiedades de las partes que lo componen. Las células, por ejemplo, pueden sintetizar sus propias macromoléculas (ADN, proteínas, polisacáridos, etc.) pero esta propiedad no puede deducirse del estudio de las características de cada una de las estructuras celulares por separado. Del mismo modo, por ejemplo, la tensión arterial es una propiedad del nivel de organismo; es imposible predecir la presión sanguínea de una persona a partir del estudio de las características de sus células.
    La aparición de nuevas características en un nivel de organización se conoce como emergencia. Esas características se denominan propiedades emergentes y surgen de las interacciones entre las partes componentes del nivel interior. La síntesis se macromoléculas y la duplicación de los cromosomas son propiedades emergentes del nivel celular. La tensión arterial o la temperatura corporal son propiedades emergentes del nivel de organismo.

¿Son los virus células?



Los virus son partículas de tamaño menor que las bacterias. Son formas de vida acelulares. Un virus está formado por:
  • Un ácido nucleico. Puede se ADN o ARN, pero nunca están presentes los dos juntos.
  • Una cápsida. Cubierta de proteínas que rodea al ácido nucleico. La cápsida está formada por unidades que se repiten, los capsómeros, cuya disposición determina la forma del virus.
  • Una envoltura. Similar a la membrana plasmática de las células, que solo aparece en algunos virus y que rodea a la cápsida.
Aunque los virus poseen su propia información genética (en el ADN o en el ARN) carecen de las estructuras celulares indispensables para poseer un metabolismo propio.
Para poder reproducirse, es necesario que la información genética del virus se introduzca en una célula donde podrá expresarse con la maquinaria celular (parásitos obligados).
Por eso, son parásitos obligados tanto de células procarióticas (por ejemplo, los bacteriófagos) como de células eucarióticas (por ejemplo, el virus de la gripe, el virus de la tristeza del naranjo, etc.)

Ciclo vital de un virus bacteriófago.


Un bacteriófago es un virus con ADN como ácido nucleico, Su cápsida es compleja, consta de una cabeza poliédrica, una cola helicoidal de proteínas donde se encuentra placa basal, las espículas y las fibras de la cola que sirven para anclarse en la pared de la bacteria a la que parasita. El modo en que se reproducen todos los virus es bastante similar, por lo que se puede utilizar como modelo la reproducción de un virus bacteriófago para entender la de otros muchos virus.
El ciclo reproductor de un bacteriófago se inicia con la inyección de su ADN en el interior de la bacteria. Con la información aportada por el virus y las estructuras celulares se fabrica un centenar de copias del virus, que al cabo de unos 30 minutos quedan libres tras provocar la lisis (rotura) de la bacteria.

Ciclo vital de un virus bacteriófago.



Se distinguen dos tipos de ciclos, el lítico y el lisogénico. Se diferencian en que el lítico rompe la bacteria original mientras que el lisogénico no la rompe
Lítico:
  1. El bacteriófago se fija a la pared de la bacteria.
  2. Contrae la cola helicoidal e inyecta su ácido nucleico en el interior de la bacteria.
  3. El ácido nucleico del virus interrumpe el normal funcionamiento de la célula. A partir de este momento la célula empieza a fabricar componentes víricos.
  4. Los componentes víricos se ensamblan para originar nuevos virus.
  5. La pared bacteriana se destruye y los nuevos virus quedan libres para infectar nuevas células.

Lisogénico:
  1. El bacteriófago se fija a la pared de la bacteria.
  2. Contrae la cola helicoidal e inyecta su ácido nucleico en el interior de la bacteria.
  3. Integración del fago en el cromosoma huésped
  4. Sucesivas divisiones. En las divisiones no se lleva solo su parte de ADN sino que también se lleva parte de la célula.


Los virus, en ausencia de células, no son más que complejos moleculares inertes formados de ácidos nucleicos y proteínas. Están desprovistos de las estructuras que permiten tener un metabolismo propio y, por tanto, necesitan de las células par reproducirse. El conocimiento de los virus ha supuesto una prueba más de que la célula es la mínima unidad viviente.

De las células procarióticas a las eucarióticas.



Gracias al registro fósil, hoy se conoce que ya existían en la Tierra, hace 3600 millones de años, células del tipo de las bacterias. Es probable que el origen del primer ser vivo tuviera lugar incluso antes, hace aproximadamente unos 4000 millones de años.

Bacterias.


Se pueden clasificar en tres tipos:
  • Parásitas: producen enfermedades (se multiplican)
  • Simbiontes: beneficio mutuo entre la bacteria y hospedador como son las bacterias rumen rumiantes (digieren celulosa) o las bacterias intestinales (síntesis de proteínas).
  • Saprófitas: toman materia orgánica muerta. Son los responsables de los ciclos geoquímicos. Degradación de la materia orgánica en inorgánica. Hay tres ciclos: nitrógeno, carbono azufre.

Como debió ser la primera célula.

Aun las células procarióticas más sencillas poseen una organización demasiado compleja para suponer que así fueron las primeras células. Estos hipotéticos primeros organismos, de cuya existencia no tenemos datos, se denominan protocélulas. Una protocélula debió poseer, como mínimo:
  • Una membrana que la separa del medio en el que se encontraba.
  • Una organización interna que permitiera su automantenimiento y su reproducción. Todo ello haría necesario disponer de:
    • Metabolismo, aunque fuera rudimentario, ya que resultaría imprescindible para el automantenimiento de los primeros organismos.
    • Ácidos nucleicos o macromoléculas capaces de hacer copias de sí mismas (replicación) y que contendrán la información necesaria para poder sintetizar proteínas, en particular las enzimas.

La teoría endosimbionte.


Durante los 2000 primeros millones de años de la historia de la vida sobre la Tierra, los procariontes fueron sus únicos protagonistas. Hace unos 2000 millones de años aparecieron los primeros organismos eucariontes. ¿Cómo pudo formarse una célula tan compleja como la eucariota a partir de la célula procariota?
La bióloga norteamericana Lynn Margulis y otros científicos han sugerido que los organismos eucariontes no surgieron a partir de un único organismo procarionte sino que se originaron de la simbiosis de dos o más procariontes diferentes.
El núcleo, las mitocondrias y los cloroplastos poseen moléculas de ADN que revelan un origen diferente. Los cloroplastos recuerdan a las cianobacterias (procariontes fotosintéticos) y las mitocondrias, a ciertas bacterias muy eficaces en la respiración oxidativa.

Teoría endosimbionte.

  1. Un procarionte primitivo carente de pared se alimenta engullendo a otros procariontes. Algunas de sus presas escapan al proceso de digestión e inician una relación simbiótica permanente y mutuamente ventajosa,
  2. Algunos de los procariontes supervivientes eran muy eficaces en el proceso de respiración oxidativa y han sobrevivido convertidas en mitocondrias.
  3. Otros procariontes eran muy eficaces en el proceso de la fotosíntesis y sus descendientes han sobrevivido convertidos en cloroplastos.
  4. Las células eucarióticas provistas de ambos tipos de huéspedes serían autótrofas.

La obtención de energía.



Independientemente de la forma en que las células han conseguido los nutrientes orgánicos, una parte de ellos constituye el combustible celular. El principal combustible celular es la glucosa; su oxidación libera energía que se utiliza para sintetizar moléculas de ATP, el intermediario energético necesario para la actividades vitales.

La respiración celular.


El proceso catabólico mediante el cual las células utilizan los nutrientes para obtener energía recibe el nombre de respiración celular. Este proceso oxidativo no ocurre en un solo paso sino a través de una larga secuencia de reacciones.
La ecuación global de la respiración celular puede expresarse como:

C⁶H¹²O⁶ (glucosa) + O² +ADP +Pi → CO²+H²O+ATP (energía útil) + calor.

La energía almacenada en el ATP la utilizan los seres vivos para el anabolismo y para una gran diversidad de funciones que los requieren, como el movimiento o el transporte de sustancias a través de las membranas.
Las células animales, realizan una respiración aerobia obligada y sin O², se produce la muerte celular, a excepción de en la células musculares (anaerobios facultativos).
Todas las células vegetales realizan respiración aerobia pues sino mueren.
Las células con cloroplastos también realizan la fotosíntesis sin embargo, los que no tienen los cloroplastos, no realizan la fotosíntesis y se nutren de materia orgánica obtenida en la fotosíntesis, son heterótrofos.

La fermentación.

Es un proceso catabólico que utilizan algunas células para degradar los compuestos orgánicos como la glucosa y obtener ATP. Aunque existen muchos tipos de fermentación, todos tienen en común que:
  • No se utiliza oxígeno, es un proceso anaerobio.
  • Entre los productos finales hay materia orgánica, como el etanol o el ácido láctico.
  • El rendimiento energético es mucho menor que en la respiración.

Hay de tres tipos:
    • Láctico: se obtiene ácido láctico.
    • Alcohólica: se obtiene etanol
    • Butírica: se obtiene ácido butírico (mantequilla)
Para algunos microorganismos, incapaces de utilizar el oxígeno (anaerobios estrictos), la fermentación es la única vía posible para obtener la energía para sus actividades vitales. En estos casos, como en nuestras células musculares (anaerobios facultativos), se trata de una vía que se sigue en ausencia de oxígeno.

Tipos de nutrición celular.



Todas las células necesitan nutrientes, tanto orgánicos como inorgánicos, para su mantenimiento. Los nutrientes inorgánicos básicos, como el agua, los obtienen del medio en el que viven. En cuanto a cómo obtienen los nutrientes orgánicos, las células pueden ser:
  • Heterótrofas. Son las células que necesitan incorporar materia orgánica del medio, elaborada por otros organismos.
    Los compuestos orgánicos que estas células incorporan del medio, o aquellos se se encuentran almacenados en cualquier tipo de célula son, en muchos casos, moléculas muy complejas. Para que las células puedan utilizarlas como combustibles pueden ser hidrolizadas y transformadas en moléculas más sencillas, como la glucosa o los ácidos grasos. La hidrólisis o digestión celular en las células eucarióticas corre a cargo de los lisosomas y es un proceso que no genera energía útil.
  • Autótrofas. Son las células capaces de fabricar los nutrientes orgánicos a partir de sustancias inorgánicas, como el CO² y el H²O, procedentes del medio. Una forma de nutrición autótrofa es la fotosíntesis.

La fotosíntesis.



La fotosíntesis es un proceso anabólico utilizado por muchos organismos autótrofos para fabricar materia orgánica a partir de materia inorgánica. La energía necesaria procede de la luz solar y es captada por la clorofila, el pigmento que da color verde a las algas y las plantas. En las células eucarióticas, la fotosíntesis tiene lugar en los cloroplastos y se desarrolla en dos fases:
  • Fase luminosa. Sucede en las membranas de los tilacoides y solo puede realizarse en presencia de luz. En esta fase, la energía de la luz solar captada por la clorofila, se utiliza para:
    • Sintetizar moléculas de ATP, que se utilizarán en la siguiente fase.
    • Romper las moléculas de agua y obtener hidrógeno, que se utiliza en la siguiente fase, y oxígeno, que se libera al medio.
  • Fase oscuro. Sucede en el estroma y puede realizarse en la oscuridad pero solo si dispone de los productos obtenidos en la fase anterior. Tanto la energía almacenada en el ATP como el hidrógeno se utilizan para transformar la materia inorgánica, pobre en energía, en materia orgánica, rica en energía.
Una parte de la materia orgánica fabricada se usa con fines anabólicos: para construir o renovar los componentes celulares o para ser almacenada; otra parte se utiliza en el catabolismo como combustible para obtener la energía necesaria para la actividad celular.
La ecuación global de la fotosíntesis se puede expresar como:

Materia inorgánica (CO²/H²O/Sales minerales) + Energía luminosa → Materia orgánica (azúcares, grasas, etc.) + O².

Organización de la célula eucariótica.


Tanto las células de los animales como las de las plantas son células con organización eucariótica. Una célula animal típica sirve como modelo para estudiar la estructura subcelular.

Tienen la membrana celular y dentro una estructura, una membrana nuclear con el ADN asociado en proteínas y fragmentado en cromosomas (por lo tanto el núcleo está diferenciado).
En el citoplasma nos encontramos con ribosomas más grandes (80s). También orgánulos membranosos (rendículo plasmático), aparato de Golgi. También mitocondrias donde se realiza la respiración celular. Si la célula es vegetal, la pared celular es de celulosa
Excepto los monómeros (con todos los procariontes) el resto tiene estas células: el reino protocista, el reino fungi (hongos), el reino animal y el reino vegetal.

La célula animal.

En este tipo celular, las membranas limitan tanto a la célula como a muchas estructuras internas.
  • Membrana plasmática. Es el límite externo de la célula y controla el intercambio de sustancias entre externo y el interior celular.
Está formada por una bicapa continua de lípidos entre los que se intercalan proteínas debido a su pequeño grosor, unos de 7nm, solo es visible en el microscopio electrónico.
  • Citoplasma. Esta dividido en una gran variedad de compartimientos rodeados de membrana de composición y estructura similares a la plasmática, que se denominan orgánulos. Junto a ellos aparecen otras estructuras no membranosas. La disolución acuosa en la que ambos tipos de estructuras están inmersos es el citosol o hialoplasma.

Estructuras celulares no membranosas.

Citoesqueleto.


Conjunto de filamentos de proteínas que se distribuyen, en forma de una red, en el citosol. Pueden ser de diferentes tipos.
El citoesqueleto da forma a la célula y es responsable de sus movimientos.

Centrosoma.


Constituye una zona cercana al núcleo a partir de la que surgen los filamentos del citoesqueleto. En las células animales contiene en su interior una pareja de estructuras cilíndricas huecas, dispuesta una perpendicular a la otra y denominadas centriolos. El centrosoma se encarga de organizar los filamentos del citoesqueleto.

Orgánulos o estructuras membranosas.


Retículo endoplasmático liso y rugoso.


Conjunto de túbulos y sacos aplanados, comunicados entre sí, que se extiende por todo citoplasma celular.
El retículo endoplasmático liso carece de ribosomas y está formado por túbulos. Se encarga de fabricar los lípidos de la membrana.
El retículo endoplasmático rugoso está formado por sacos aplanados cubiertos exteriormente por ribosomas. Los ribosomas son estructuras no membranosas encargadas de la síntesis de proteínas. Para ello utilizan la información transportada por el ARN, copia del ADN nuclear.

Aparato de Golgi


Conjunto de pilas de sacos membranosos rodeados de vesículas.
Su función es almacenar, en el interior de las vesículas, macromoléculas sintetizadas en el retículo endoplasmático para expulsarlas al exterior celular o transportarlas a otros orgánulos.

Lisosomas.


Son vesículas membranosas que contienen enzimas digestivas (hidrolasas) fabricadas en el RER.
Son las responsables de la digestión en el interior de la célula. Se fusionan a vesículas cargadas de materia orgánica incorporada del exterior o procedente del interior celular, y transforman las macromoléculas en moléculas orgánicas sencillas.

Mitocondrias.


Tienen forma cilíndrica o esférica. Su tamaño oscila entre 0,5 y 1µm, y su número es variable, dependiendo del tipo de célula y de su actividad. Están rodeadas de una doble membrana interna se prolonga hacia el interior de la matriz, formando crestas.
En el mitocondrias se produce la combustión de la macromoléculas orgánicas, en presencia de oxígeno, para obtener materia que las células necesitan para su mantenimiento. Además, la matriz contiene ribosomas y pequeñas moléculas de ADN, por lo que puede fabricar algunas de sus proteínas.

El núcleo.


Es el compartimento más voluminoso de la célula. Está separado del citoplasma por una doble membrana que es la continuación del retículo endoplasmático, La membrana nuclear está perforada, por lo que permite el intercambio de moléculas de bastante tamaño entre el interior del núcleo y el citoplasma. En el interior del núcleo se encuentran inmersos:
  • La cromatina. Formada por fibrillas enmarañadas. Cada fibrilla es una molécula de ADN asociada a proteínas. Cuando la célula inicia su división, estas fibrillas se condensan y dan lugar a los cromosomas. El ADN del núcleo controla y regula las funciones vitales de la célula.
  • Los nucleolos. Una o varias esferas de aspecto granular en las que se forman los ribosomas.

La célula vegetal.


Las células vegetales aunque son similares a las células animales, presentan algunas diferencias: carecen de centriolos y poseen alguno orgánulos y estructuras exclusivos, como los cloroplastos, la pared celular y las vacuolas.

Orgánulos y estructuras exclusivos de las células vegetales.


Pared Celular.


Por fuera de la membrana plasmática, las células vegetales están rodeadas de una pared rígida formada fundamentalmente por celulosa.
Esta pared protege las células y mantiene su forma.

Vacuolas.


Son vesículas muy grandes rodeadas de membrana y que llegan a ocupar hasta el 90% del volumen celular.
Realizan funciones de almacenamiento. Además ayudan a mantener la forma celular gracias a la presión que ejercen sobre la pared (turgencia).

Cloroplastos.


Son los orgánulos rodeados de una doble membrana que delimita un espacio interior llamado estroma. En las plantas tienen forma lenticular pero en las algas pueden aparecer con forma estrellada o espiral. Su tamaño varía entre 2 y 6µm. El número de cloroplastos por célula oscila entre 20 y 40.
En el estroma contienen formaciones membranosas en forma de sacos, llamados tilacoides, en cuyas membranas se encuentra la clorofila, pigmento responsable del color verde de las plantas. Los tilacoides puede estar aislados o superpuestos den forma de pilas de monedas que reciben el nombre de grana. Este término se debe a que, al microscopio óptico, aparecen granos de color verde.

En los cloroplastos se realiza la fotosíntesis, En este proceso se sintetiza la materia orgánica a partir de materia inorgánica con la ayuda de la energía solar captada por la clorofila. Además, el cloroplasto es el orgánulos capaz de fabricar algunas de sus proteínas utilizando las pequeñas moléculas de ADN y los ribosomas que posee en el estroma.

Tipos de organización celular.



Todas las células poseen una membrana que separa un contenido o citoplasma del medio que le rodea. En el citoplasma se puede encontrar una variedad de moléculas y estructuras pero nunca falta material hereditario o genético, es decir, el ADN. Existen dos tipos diferentes de organización celular.

  • Organización celular eucariótica. Las células eucarióticas poseen en su citoplasma compartimentos rodeados por membranas en los que se producen reacciones químicas específicas. El material hereditario está contenido en un compartimento especial que se denomina núcleo. Las células de los animales y de las plantas son eucarióticas.
  • Organización celular procariótica. Carecen de compartimentos internos rodeados por membranas y, por tanto, de verdadero núcleo. Las células bacterianas son procarióticas.

La célula procariota.


Todas las células procarióticas poseen la misma estructura básica:
  • Membrana plasmática, que limita la célula y la separa del medio. Con frecuencia, esta membrana forma pliegues hacia el interior que se denominan mesosomas.
  • Nucleoide o región del interior de la célula que contiene el material hereditario, normalmente una única molécula de ADN. A veces, aparecen otras pequeñas moléculas circulares de ADN denominados plásmidos.
  • Citoplasma, constituido por el resto del material incluido en la membrana plasmática. Esta compuesto por:
    • El citosol o hialoplasma formado por agua que contiene sales disueltas, moléculas orgánicas pequeñas y macromoléculas dispersas, como proteínas.
    • Los ribosomas, que son gránulos formados por ARN (su tamaño se mide en velocidad de sedimentación (SD)) y proteínas en los que se realiza la fabricación o síntesis de proteínas.


La mayoría de células procarióticas poseen otras estructuras especializadas como pared celular (todas las que vamos a ver la poseen)(se encuentra de fuera hacia dentro y dentro contiene la membrana plasmática), flagelos (estos no tienen nada que ver con los de las células eucarióticas) o, incluso, sacos membranosos en los que se produce la fotosíntesis. Sin embargo, no tienen orgánulos membranosos.
Poseen unos pelos por los que se transmite información genética y algunas también tienen “plásmidos”. Estas últimas llevan información con pocos genes pero que aunque no es básica, si le beneficia (por ejemplo, cómo resistir antibióticos). No es propio de una especie en sí ya que dentro de una puede haber algunos que las tienen y otros que no.
Otras estructuras son los mesosomas (repliegues hacia el interior). Son artefactos (algo que sale en una célula para su manipulación)
A pesar de que las células procarióticas poseen una estructura sencilla, disponen de la maquinaria necesaria para su aumento y reproducción. Pueden poseer diferentes formas (bacilo, coco, espirilo...)