domingo, 27 de enero de 2013

Proteínas enzimáticas.



Las enzimas son proteínas que actúan como catalizadores biológicos aumentando la velocidad a la que se transcurren las reacciones metabólicas. Su estructura tridimensional les proporciona un aspecto un aspecto globular en cuya superficie aparece una zona denominada centro activo de características diferentes para cada enzima.


Modelo de actuación de las enzimas.

Las enzimas actúan uniéndose de forma transitoria a un reaccionante específico, que se denomina sustrato, catalizando su transformación en uno o más productos.
Un sustrato determinado se une al centro activo de una enzima específica y forma el complejo enzima-sustrato. Esta unión no es fuerte; sin embargo, durante la unión, la enzima crea un entorno alrededor del sustrato que facilita la reacción. Así, este se transforma para dar el producto o los productos de la reacción.
Tras la transformación del sustrato en los productos de la reacción, la enzima se libera y se recupera intacta, disponible para unirse de nuevo a otra molécula de sustrato.



Las enzimas se clasifican según el tipo de reacciones que catalizan, por ejemplo, las hidrolasas son un grupo de enzimas que catalizan la rotura de enlaces covalentes mediante la incorporación de moléculas de agua (reacción de hidrólisis).
La manera de nombrar las enzimas consiste en añadir el sufijo -asa, bien al nombre del sustrato sobre el que actúan, bien al tipo de reacción que catalizan. Por ejemplo, la enzima que hidroliza la sacarosa en fructosa y glucosa se denomina sacarasa, la que hidroliza los enlaces peptídicos de una proteína se denomina peptidasa.


Propiedades de las enzimas.



Además de las propiedades que poseen por el hecho de ser proteínas, las enzimas se caracterizan por ser:
  • Específicas. Una enzima solo puede actuar sobre un determinado sustrato (o un grupo de sustratos muy similares) y sólo cataliza un tipo de reacción.
  • Eficientes. Una única molécula de enzima puede catalizar la transformación de muchas moléculas de sustrato por minuto y, además, no se consumen en el proceso. Por eso actúan en cantidades muy pequeñas.
La actividad de una enzima es óptima para un determinado pH. Lejos de este pH, su actividad disminuye e incluso puede desaparecer si se produce su desnaturalización.


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