domingo, 7 de febrero de 2016

Catabolismo de los polisacáridos

Dos son las principales fuentes de polisacáridos que habrán de metabolizarse en la célula:
1) el glucógeno y el almidón provenientes de la alimentación
2) el movimiento de las reservas del propio organismo.

Almidón: Principal polisacáridos de almacenaje vegetal. Consta de dos polímeros, amilosa y amilopectina. Amilosa-­‐polisacárido lineal de moléculas de glucosa unidas por enlaces glucosídicos α(1-­‐4).  Amilopectina-­‐polisacárido  ramificado de moléculas de glucosa unidas por enlaces glucosídicos α(1-­‐4) con ramificaciones α(1-­‐6) cada 10-­‐20 residuos.

Glucógeno: Principal polisacáridos de almacenaje animal. Consta de un polímero ramificado de moléculas de glucosa unidas por enlaces glucosídicos α(1-­‐4) con ramificaciones α(1-­‐6) cada 8-­‐10 residuos.


La movilización de estos polisacáridos implica la degradación secuencial de la macromolécula en los monosacáridos correspondientes desde los extremos no reductores en adelante.
Existen dos mecanismos de movilización de estos azúcares:
1)      la hidrólisis
2)      la fosforólisis
Ambos  procesos  son  químicamente  similares  aunque  cada  uno  está  adaptada  a  unas necesidades y estrategias metabólicas concretas.

Si está cargada la molécula no se puede meter dentro de la célula. Por eso se utiliza la hidrólisis para la digestión de polisacáridos de la dieta. Se utiliza la fosforolisis para mecanismos intracelulares, ya que no salen de la célula.



La fosforólisis está catalizada por enzimas de tipo fosforilasas y poseen la gran ventaja de que  generan  intermedios  que  pueden  dirigirse  directamente  a  la  glucólisis  sin  mayor consumo de ATP. Por tanto, la fosforólisis es la estrategia adecuada para la movilización de los azúcares almacenados intracelularmente.

El  mecanismo  hidrolítico  es  empleado  para  la  asimilación  en  el  intestino  de  estos polisacáridos que son ingeridos por medio de la dieta.

Los productos de la digestión han de ser absorbidos por el intestino, a través de las células epiteliales. Puesto que los azúcares cargados e intermediarios de la glucólisis no pueden ser absorbidos a través de las membranas celulares, se debe generar un monosacárido de carga eléctrica neutra.


1) Digestión de los polisacáridos:

Las  plantas  no  llevan  a  cabo  digestión  puesto  que  éstas  son  capaces  de  generar  los monosacáridos a través de los procesos de fotosíntesis.

La digestión de los polisacáridos en los animales comienza en la boca donde se secreta la α-­‐ amilasa a través de la saliva.

La α-­‐amilasa salival digiere los enlaces α(1-­‐4) del almidón y del glucógeno.

En el intestino, la α-­‐amilasa pancreática prosigue con la digestión de los enlaces α(1-­‐4) para generar maltosa y glucosa. La digestión de la amilosa se completa. La amilopectina y el glucógeno sólo se digieren parcialmente debido a que no se rompen los enlaces α(1-­‐6). Se genera lo que se conoce como dextrina límite.

* Las amilasas cortan desde los extremos no reductores, pero no con especificidad de monosacárido tras monosacárido.

La digestión la completa la enzima α(1-­‐6)-­‐ glucosidasa (o isomaltasa), terminan de cortar las ramificaciones que las amilasas no pueden. Se genera maltosa y glucosa.

2) Movilización de los polisacáridos:

En los animales las reservas de glucógeno se encuentran en el hígado (lo sintetiza él y lo utilizan otros), sobretodo, y en el tejido muscular esquelético (lo sintetiza él y lo utiliza él).

La acción de la glucógeno fosforilasa permite la liberación secuencial de las unidades de glucosa desde los extremos no reductores (mediante una fosforílisis).


La  glucógeno  fosforilasa  carece  de  actividad  desramificante.  Su  acción  se  detiene  a  4 residuos de un extremo ramificado.

La (α1,4- α1,4) glucantransferasa es la enzima encargada de resolver la ramificación en un proceso de dos pasos secuenciales. La enzima posee 1) una actividad transferasa y 2) una actividad α(1-­‐6)-­‐glucosidasa. Actúa de manera secuencial

Por la actividad transferasa, corta e hidroliza el enlace glucosídico alfa 1-4 entre la primera glucosa 1-P y la segunda de la ramificación y se lo lleva a otro por un enlace glucosídico alfa1-4. Entonces entra la segunda actividad de la enzima que rompe el enlace 1-6 de la glucosa 1-P que estaba sola y se libera así una glucosa.
Finalmente, la glucosa-1-P se transforma en glucosa-6-P por medio de la acción de la fosfoglucomutasa.
El hígado es el principal sensor de los niveles de glucosa endógenos en el organismo u posee las mayores reservas de glucosa en forma de glucógeno en todo el organismo. Cuando otros tejidos requieren el aporte de glucosa, el hígado se encarga de proporcionar dicho aporte a través de la movilización del glucógeno o de la síntesis de glucosa a través de la gluconeogénesis.
La glucosa-6-P generada en la movilización del glucógeno hepático o en la gluconeogénesis hepática requiere de la eliminación de su grupo fosfato para poder atravesar la membrana plasmática. Este proceso está catalizado por la glucosa-6-fosfatasa.
No existe glucosa-6-fosfatasa en el músculo esquelético, por ejemplo. El músculo no la necesita dado que él la utiliza por lo que no lo envía a otro lugar. Además el músculo no hace gluconeogénesis.
 

3) Regulación de la degradación del glucógeno en el tejido muscular esquelético.
Existe un nivel de regulación hormonal y uno no  hormonal.
El nivel de regulación hormonal se produce a través de cascada de señales cuyo objetivo último es el control de la actividad de la glucógeno fosforilasa.

La glucógeno fosforilasa muscular se encuentra en forma de dímero.
La forma activa (fosforilasa a) se genera a partir de una fosforilación de la forma relativamente inactiva (fosforilasa b). Así, la activación completa de la enzima es llevada a cabo por una fosforilasa b quinasa.

La desactivación la lleva a cabo una fosforilasa fosfatasa. La activación de la fosforilasa b quinasa se produce, a su vez, por una fosforilación que lleva a cabo la proteína quinasa A. Esta enzima tetramérica posee 2 subunidades reguladoras y 2 subunidades catalíticas.
La forma inactiva permanente en forma de tetrámero (R2C2). La activación por cAMP conduce a la liberación de las subunidades catalíticas en forma de monómeros (C).

Hay una forma relajada (T) y otra tensa activa y estos dos controles llevan desplazar el equilibrio de una forma a otra.
Fosforilasa B quinasa que está inactiva y cuando se fosforila por medio de la pK activa, se activa.
Cuando la fosforilasa b quinasa que fosforila a la glucógeno fosforilasa b y la pasa a glucógeno fosforilasa a.




Con respecto al control no hormonal, el objetivo es, también, la glucógeno fosforilasa. Aunque  en  su  forma  b  (fosforilasa  b)  es  relativamente  inactiva  su  actividad  se  puede controlar de manera alostérica ya que niveles elevados de AMP (que no cAMP) la activan, mientras que en presencia de niveles elevados de ATP, la fosforilasa b se inactiva. Este mecanismo de activación es exclusivo de la fosforilasa b y no de la fosforilasa a.
En el mismo hepatocito se está haciendo gluconeogénesis y generando glucosa y a la vez se está aprovechando esta glucosa
Existe una profunda interrelación entre estructura enzimática, control alostérico y regulación hormonal.
·       La misión fisiológica del control alostérico de la glucógeno fosforilasa es activar/desactivar la degradación del glucógeno en condiciones fisiológicas normales, cuando la carga energética es baja.
·       La misión fisiológica del control hormonal del mismo proceso es activar de manera rápida el proceso frente a situaciones de peligro, de tal forma que no haya que esperar a que la carga energética descienda para activar la degradación del glucógeno.
Además, la glucógeno fosforilasa es una enzima multimérica entre cuyas subunidades se encuentra la calmodulina.
La calmodulina posee 4 lugares de unión al Ca2+  (KM  10-­‐6M).  La unión del Ca2+  provoca cambios conformacionales en la calmodulina que se transmiten a la glucógeno fosforilasa (que pasa de forma b a forma a).
Este  mecanismo de  degradación del  glucógeno en  el  músculo esquelético  aprovecha el hecho de que la misma contracción muscular está generada por el flujo de iones Ca2+.


Por un lado, la calmodulina promueve la contracción de la actina y la miosina, que gastan ATP. También se une a la carbofosforilasa del músculo, tanto forma B o A y desplaza a la forma relajada. Promueve así la energía para que se pueda contraer el músculo y la propia contracción

No hay comentarios:

Publicar un comentario