viernes, 4 de enero de 2013

Metamórficas: cambios y rocas más frecuentes.

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Modificaciones:
  • Incremento de su densidad. La presión reduce los huecos que existían en la roca y hace que los materiales adquieran un empaquetamiento más denso.
  • Formación de nuevos minerales. Bien como consecuencia de los cambios químicos producidos por los fluidos circulares, o bien para adaptarse a las nuevas condiciones de presión o temperatura.
  • Recristalización. Aumento del tamaño de los cristales que tenían en su roca original.
  • Reorientación de los cristales. Producidas por las presiones dirigidas, favoreciendo una foliación más o menos clara.

Textura de las rocas metamórficas.

Depende de los minerales que la componen y de los procesos por los que se ha transformado. La mayor parte de los cambios ocurridos durante el metamorfismo supone un cambio en la textura de la roca.
Las texturas básicas de las rocas metamórficas se establecen en función del tamaño, la forma y muy especialmente, de la orientación que presentan los cristales. Así e distinguen texturas con foliación y sin foliación.

Texturas con foliación.
Aquellas en las que las rocas presentan una disposicíon en láminas. Según el tipo de foliación y el tamaño de los cristales, la textura puede ser:

  • Gneísica. Se caracteriza por la presencia de cristales grandes que se distribuyen en bandas alternativas de micas y cuarzos o feldespatos.
  • Esquistosa. Se caracteriza porque la foliación es más ondulada que en la pizarrosa y los cristales son ya visibles a simple vista.
  • Pizarrosa. Se caracteriza porque la roca presenta una laminación plana con cristales muy pequeños, no diferenciables a simple vista.
 

Texturas sin foliación.
No todas las rocas tienen foliación. Las rocas que no contienen minerales laminares o alargados no presentan disposición el láminas.
La textura no foliada mas frecuente es la granoblástica, caracterizada porque los cristales son
equidimensionales y forman un mosaico de granos.

ROCAS METAMÓRFICAS MÁS FRECUENTES.

Lo más frecuente es clasificarlas en función de su textura. Así, pueden clasificarse en dos grandes grupos:

Rocas con foliación más frecuentes:
  • Pizarra. Es una roca de grano muy fino no observable a simple vista. Presenta una foliación en láminas planas. Se forma a partir de lutitas (rocas sedimentarias de grano fino como arcillas y limos), por metamorfismo regional de grado bajo. Es una roca que marca la transición entre las rocas sedimentarias y las metamórficas.
  • Esquisto. Es una roca de grano fino, mayor que el de la pizarra pero aún no observable a simple vista. Presenta una foliación ondulada. Se forma a partir de las lutitas, por metamorfismo regional de grado medio. También puede formarse por metamorfismo de rocas volcánicas.
  • Gneis. Es una roca de grano grueso en la que los minerales se presentan en bandas alternativas claras, formadas por cuarzo y feldespatos, y oscuras, formadas por micas y aníboles. No se divide en láminas con la facilidad de la pizarra y el esquisto. Se origina a partir de lutitas y del granito por metamorfismo regional de grado medio o alto.


Rocas sin foliación más frecuentes:
  • Mármol. Es una roca formada por gruesos cristales de calcita. Tiene textura granoblástica. Se forma a partir de rocas sedimentarias carbonadas, como la caliza y la colomía, por metamorfismo regional o metamorfismo de contacto. La presencia de impurezas y de minerales diferentes a la calcita puede hacer que su característico color blanco sea sustituido por un bambeado de diversas tonalidades.
  • Cuarcita. Es una roca formada por cristales de cuarzo de tamaño medio o grande. Tiene textura granoblástica. Se forma a partir de areniscas cuarcíferas, por metamorfismo regional de grado medio o alto. Es una roca dura y muy coherente, su color oscila entre blanco y gris.

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